Dentro del Okya

Su respiración se agitaba cada vez más, durante un momento sus labios se deslizaron por el cuello de su compañera para volver con urgencia a besar sus labios poniendo sus piernas a ambos lados de su cintura

Sin dejar de besarle abrio un poco el kimono acariciando sus hombros apra bajar a acariciar cons ensualidad su cintura. Notaba su coraazón martilleando tan fuerte que parecia que se le iba a salir

Shizuma termino de abrirle el kipono dejando que su mano se deslizara por la zona de su estomago. Despues de tanto rato besandole le dio u n par de besos cortos antes de besarle por la mandibula y el cuello de la forma más sensual que podía

le siguio besando por el cuello mientras su manos eguia acariciando su cintura. En un momento dado se paro poyando su cabeza sobre el ho mbro de su compañera.

-¿Estoy haciendo mal? -preguntó rozando sus labios con su ho mbro, con la respiración entrecortada

-No decía eso -giro el rostro para bsar los labios - Si no que.. si tengo permiso.

En un pasional gesto subio sus dos manos por sus costados esperando hacerla estremecer mientras sus labios volvian a besarla

-Para ... hacer estas cosas -le volvio a recorrer la cintura acariciando sobre la ropa i nterior su pecho y se acercó a besarle los labios

-tambien tienes razón -sonrio volviendole a besar y volviendo a besarle con sensualidad el cuello mientras sus manos acariciaban su torso

Con una mano le ayudo a desabrochar su kimono sin dejar de besarle por el cuello. Dejo caer su kimono hasta que su cintur aestuvo libre.

Shizuma gimio un poco con las caricias de Sayuri y se acerco bajando sus besos por su pecho mientras sus manos seguian acariciandola. Sus mejillas estaban igual de encendidas que las de su compañera

La chica sonrio al escuchar como su compañera gemia un poco y continuo acariciando su cintura bajando por sus piernas de la forma más erotica que podia

-¿te gusta sayuri-san? -le susurro al oído deslizando sus manso po su españada para desabrocharle el sujetador.
De forma jguetona, le dio u n pequeño mordisco en la oreja ronroneando.

Como si es perara esa respuesta Shizuma le quito la prenda y se inclino para besarle atrevidamente por el pecho mientras sus manos seguian recorriendo su cuerpo. En su empeño no podía dejar de dar pequeños gemidos

Shizuma paró un momento de besarle para facilizarte la tarea de desnudarla, cuando ya mas o menos tenía su función hecha suigio con sus besos cada vez más atrevidos y ardientes.