Recuerdos de Irlanda

-Me parece una gran idea -se dejó caer y se recogió el kimono acercándose con una dulce sonrisa- Apenas he visto el mar

le sonrio, tomo los caballos y los amarro al carro, subio y alzo su mano para levantar a la chica y sentarla a su lado, a los pocos minutos el carro se movia con parsimonia en direccion al limite costero, el chico alento a los caballos y luego giro el rostro para buscar la mirada de la dama.
-aparentemente no sales mucho- susurro melancolico

-Desde que tengo memoria he tenido que esforzarme cada día por sobrevivir dentro del okiya, no he tenido demasiado tiempo para viajes de placer -sonrió, ladeando la cabeza- A veces lavida es dura, William-sama

el muchacho la rodeo con su brazo libre -aunque no lo creas se lo dura que puede ser- giro su rostro asia ella y acaricio su hombro -asi que concideras este un viaje de placer?-

-Mmm, no sé -hizo como que pensaba- Creo que está entre medio. Al fin y al cabo estoy trabajando para tí.

-la diferencia es que eres libre de actuar a tu gusto, sabes que no exijo nada- dijo acariciandole una mejilla, para luego quitar la mano y aumentar la velocidad del carro -vamos!! quiero llegar antes que caiga el sol!- les grito a las bestias, el chico sonreia con vida.

-Ya, eso dicen todos -boromeó mirando al azulado cielo- ¿vamos par algo en especial hacia el mar, William-sama?

-crei que mis artimañas eran un poco mas originales- dijo mirandola divertido y enarcando una ceja, el galope era suave pero rapido, avanzaban a paso veloz, ya casi podia verce el limite en el horizonte, William animo a los caballos poniendoce de pie y gritandoles, a los pocos segundo se dejo caer, miro a la chica y respondio -voy a cazar recuerdos-

-¿Que tipo de recuerdos, william-sama? -se acercó y apoyo la cabeza en su hombro.

le miro de reojo y un suave rubor cubrio sus mejillas -recuerdos de mi infancia- dijo sonriente.
El carruaje iba directo hacia un precipicio, William tiro de las riendas y les hablo a los caballos, esto se fueron deteniendo de a poco, y solo a escasos metros se detuvieron por completo, el chico giro su rostro, movio con ternira a la chica, se bajo y la ayudo para que le acompañara hasta la orilla, la invito a sentarce y miro hacia el horizonte.La vista era espectacular, los jovenes pendian a varios metros de la costa, el sol se ocultaba, tanto el oceano como el cielo se teñian de calidos colores. -hermoso y por cursi que suena, aun mas contigo acompañandome- dijo en un susurro, luego el silencio le invadio y dejo llevarce por sus pensamientos.

-Oh, me encantaría saber de tu infancia -dijo- seguro que era aún m´s guapo que ahora

-mas guapo? quizas en irlanda tiene otro significado- rio con ganas, busco los ojos de la chica y susurro -te contare, pero me gustaria escucharte cantar primero-
Volvio la vista hacia el horizonte, la brisa marina golpeaba los rostros de ambos y jugaban con sus cabellos, el entorno era tibio y la vista maravillosa.

Shizuma se rio y cerró los ojos empezando a entonar una canción lenta y dulce, que escuchab desde que era pequeña cantar los días lluviosos en el Okiya

William la rodeo con el brazo, y se acerco a su rostro para escucharla mejor, la brisa marina se volvio fuerte y la temperatura bajaba de a poco, el sol ya casi desaparecia en le horizonte, el chico cerro los ojos y volvio atras en su memoria.

Shizuma elevó un poco el tono, volviendolo más dulce sin poder evitar mirar alrededor. L a puesta de sol era realmente hermosa.

tanto la melodiosa melodia de la dama como el sol se apagaron, William sonreia aun inmerso en sus recuerdos, el cielo se volvio estrellado y las olas rompiendo en la costa acompañaban al murmullo nocturno, realemente los valles eran un lugar de armonia, el chico giro el rostro y le ofresio una fresca sonrisa, acerco sus labios al oido de la dama y susurro -gracias por la compañia-

-Es un placer -contestó ella con untono muy bajo.

Además de mi trabajo -pensó.

-¿Te sirvió la canción, William-sama?

-bastante- dijo cerrando sus ojos, permanecio en silencio algunos segundo mas y susurro -es casi como estar en casa- mientras abria los ojos, balanceo sus piernas y miro a la chica -siempre has vivido en la ciudad?-

-He vivido desde que recuerdo en el Okiya -sonrió- no se si antes viví alguna vez en el campo o el mar.

sin quitarle los ojos de encima dijo -que lastima, yo vivia a las afueras de la ciudad, muy cerca del limite costero- volvio la vista al frente, la media luna comenzaba su reinado -extrañaba todo esto- susurro.

-Ibas mucho al mar, William-sama? -preguntó con curiosidad

el muchacho le miro y luego elevo la vista a las estrellas -Cuando pequeño, salia de casa en las tardes y me sentaba al borde del acantilado a mirar la inmensidad del horizonte, siempre me acompañaba uno de mis padres, dependiendo de su horario en el trabajo- volvio la mirada a la dama -Nos quedabamos en silencio hasta que el sol desaparecia, entonces me contaban alguna maravillosa historia de tiempos inmemorables, driadas, caballeros, druidas, vaqueros, automoviles, aviones, computadores, etc. siempre habia algo nuevo en sus relatos-

-Podrías contarme alguna historia d elas que te contaban tus padres, William-sama -susurro ella acariciando su cuello- Me encantaría

El muchacho algo dudoso y con un leve sonrojo empezo a contarle -La noche era fria, un automovil se movia cauteloso por el frio y silecioso puente, las puertas se abrieron y tres bribones caminaron hacia el borde del puente arrastrando a un pobre asiatico, el inmigrante suplicaba por su vida, pero los delincuentes hacia oidos sordos. Un extraño se movia oculto en la noche, diviso a los malechores y los embosco, torpemente trataron de enfrentarle, pero no podian verle, era casi un fantasma. Los cobardes huyeron y el extraño tomo sus plateadas pistolas, apunto hacia el chino y disparo, el pobre hombre dio un grito aungustioso, que se fue apagando lentamente al notar que las balas lo liberaron de sus cadenas, inmediatamente un taxi acudio por ellos, ambos subieron y el rescatado agradecio la ayuda, el extraño le clavo los ojos y le dijo:
- Desde hoy tu vida me pertenece, cuando necesite tu ayuda espero sepas responder
El oriental fue dejado en su casa con instrucciones y portando un extraño anillo en el dedo, bacilo antes de entrar y susurro
- Gracias, La sombra
La noche vacia se inundo con las poderosas carcajadas del heroe, esta noche abria paz, aunque se acercaba una gran amenaza...-
William hizo una gran pausa para tomar aire, tomo la mano de la doncella, se la beso y agrego -esta helando, te place un cafe?-

_mmm ,me parece una buena idea... siempr y cuando sigas contandome historias -sonrió- Tienes una gran habilidad para narrar