Tarde de Juegos

La jornada comenzaba para El joven William y no tenia muchos deseos de conpartir con los apostadores de ese dia, la mañana era hermosa y el se encontraba de pie bajo el alero de la sombra de uno de los arboles plantados en el frontis de la gran estructura, William solo deseaba beber algo y un poco de compañia, quizas mas tarde jugace algo o con alguien.

Mientras se encontraba inmerso en sus pensamientos alncanzo a ver a una curiosa dama que admiraba el lugar, busco la familiaridad de su rostro y recordo haberla visto en la entrada de la Okiya de la señorita anko, sonrio y camino calmo hacia ella.

-Buenos dias joven dama- saludo inclinando un poco su rostro
-Permitame instruirla, esta edificacion es el casino de Nagoya, donde los adultos se divierten apostando- sonrio mirando fijamente los ojos de la doncella

Distraido en ellos hiso chasquear sus dedos -disculpe mi imprudencia- extendio su mano para asi besar el reves de la mano de la joven

-Rampo William a su servicio- hizo una pequeña reverencia

Dio un par de pasos para interceptarla y cortarle el paso

-que yo sepa es costumbre presentarce, no dama?- sonrio

-Y espero me perdone pero no la vi precisamente apresurada, permitame mostrarle el interior del lugar- extendio su brazo invitandola a entrar

-Quizas guste de tomar un cafe o beber algo fresco, yo invito-

El joven insistio, sabia que no habia prisa en la joven, era bastante temprano como para que la estuviesen esperando en la okiya.

El muchacho celebro sonriendo y chasqueando con los dedos, cuando la joven se disponia a caminar observo que traia algo en las manos.

-Me permite sus enseres? no sera para nada una molestia- le ofresio una calida sonrisa

Acto seguido siguio a la muchacha hacia la entrada desde muy cerca. La estructura era enorme e imponente con una gran entrada escalonada que invitaba a los curiosos y a los clientes habituales a entrar, mucha gente entraba con rostros espectantes y despreocupados y algunos salian contentos, mas no todos ganaban.

le hablo a lo bajo a un joven vestido formalmente y le paso el paquete, luego volvio la mirada hacia la muchacha y le sonrio.
-hermoso lugar no?- le indico una direccion con su mano
-Por aqui por favor-

Entraron en una habiacion igual de concurrida que las demas, adornada con grandes pilares y plantas colgantes, la musica tambien se hacia presente. En el fondo una barra con gran cantidad de botellas y repartidas por toda la habitacion elegantes mesas.

se acerco a una silla y la separo para que la joven se sentara.

-bastante...- dijo en un tono distante
Tomo asiento frente a la muchacha e inmediatamente se acerco una dama para pedir la orden, les extendio la carta a cada uno y William inmediatamente comenso a releerla lansando pequeñas miradas curiosas sobre la joven.

Hermosos ojos, ah! que bebere

la mesera pregunto a la joven por su orden, el muchacho espero a que la invitada escogiera antes de pedir su orden.

-Si solo accedio a venir cuando mencione el cafe porque ahora se niega?- sonrio ufano
Pidio dos cafes irlandeces y algunas galletitas con chocolate.
El muchacho no le quitaba los ojos de encima, embobado por los de la dama.
-desde cuando que trabaja para la dama Anko, señorita?- pregunto interesad mientras se acomodaba en el asiento

El cafe y las chocolatadas galletas fueron servidas con prontidad, la muchacha se retiro con una sonrisa y William provo el cafe. -como me gusta- susurro

Tomo una cuchara y sin ponerle azucar a su cafe se dispuso a revolverla lentamente mientras observaba dulcemente a la dama.
-No le causa curiosidad que pregunte sobre su trabajo siendo que no hemos sido presentados?-

-la verdad si, un poco, pero creo que me estoy acostumbrando a ello, siempre me han enseñado a que no debo avergonzarme de lo que soy y he aprendido a hacerlo-
Quizá si podia ser incomodo para ella pero el echo en si no le molestaba. Miró su café si puso sus manos acomodadas, una en la oreja de la taza y la otra en la orilla, delicadamente, solo lo miró.

el joven sonrio complacido por la respuesta, luego la invito a beber diciendo:
-pruebelo dama, no creo que lo haya saboreado antes- dicho esto bebio un sorbo de cafe y comio una galleta. La gente conversaba animadamente y todo se movia alrededor de la mesa, mas la mesa era como una pequeña isla en un mar lleno de corrientes, nada lo distraia de ella.

el joven sonrio complacido
-si, es algo amargo, para ello puede poner algo de azucar en su bebida-
bebio un gran sorbo de su cafe y tomo una galletita
-intentelo una vez mas, sino le agrada la llevare a recorrer el lugar de inmediato-

-je, ya te acostumbraras, quizas debi peedir algo mas suave para su primera vez- sonrio y se puso de pie, camino hacia la muchacha y la ayudo con la silla. Luego le ofresio el brazo -caminamos?-
Solo al ponerce de pie el joven recordo lo lleno de gente que estaba el lugar, miro de reojo a su alrededor y cuando la dama le dio la espalda gesticulo algunas indicaciones con las manos a los meseros y guardias.

cuando la tuvo asu lado dio un par de pasos y le ofresio una sonrisa
-por que ocultas tus ojos a las miradas de otros?- con su mano libre levanto la barbilla de la muchacha.
Caminaro juntos, mientras el chico la guiaba, subieron por una escalera muy ancha y alfombrada, habiendo llegado al final se extendian dos brazos por los costados un unas escaleras que bajaban frente a ellos, camino un par de paso y mostro a la doncella lo que habia a solo algunos metros de ella. La habitacion era enorme, adornada de forma lujosa y pretenciosa, pilares enormes se levantaban y las paredes eran adornadas por exquisitos cuadros, el salon estaba lleno de gente pero se sentia fresco, dio el primer paso para bajar y nuevamente dirigio su mirada invitadora a la chica. desde abajo algunos curiosos girarn el rostro para verlos, luego volvieron sus rostros a los juegos.