Kajiko Hayashi - La mil caras

-Nombre Completo: Kajiko Hayashi
-Edad: 24
-Sexo: Mujer
-Inclinación: Bisexual (sin preferencia alguna)
-Procedencia: Hokkaido, Japón

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-Profesión: Geisha
-Okiya a la que pertenece: Okiya de Anko

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-Personalidad: Es una chica bastante callada la mayor parte del tiempo, con una mirada tensa y reflexiva, con unos ojos tan oscuros en los cuales cualquier incauto podría perderse. Es una mezcla viva de la intensidad del fuego y la tranquilidad de los bosques, es mejor no provocarle, de ninguna manera, podrías llegar a arrepentirte, o quizás no... Seductora, calmada, centrada, algo resentida por su pasado, está decidida a ser la mejor en lo que ella piensa es lo único para lo que sirve: seducir hombres y complacerles en su debido momento y solo si la tratan bien.

-Descripción Física: Es naturalmente una chica de tez blanquecina y rasgos redondeados, ojos almendrados y de un marrón tan oscuro que hace pensar a cualquiera que son negros. Sus rasgos tan neutros la hacen muy versátil a la hora de seducir, comportándose como una oveja mansa o como una tigresa, según el gusto del cliente y el ánimo en el que se levante ese día. Es de cabellos largos, castaños oscuros, en contraste perfecto con su piel y haciendo juego con sus ojos, lo recoge de manera que se pueda apreciar su longitud (hasta las caderas) y sin tenerlo sobre la cara. Se viste de forma provocativa en kimonos y yukatas negras, rojas, doradas; o de forma inocente en blanco, gris, azul y rosa.
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-Historia: A sus 14 años, el papá de Kajiko enfermó dejándola a ella y a su madre parcialmente desamparadas, ella escapó de casa buscando trabajo como muchacha de servicio en una casa decente donde le pagaran bien de manera que pudiera enviar algo de dinero a su madre para su cuidado y el de su padre. Encontró trabajo limpiando en una Okiya, en Nagoya, la dueña de aquella Okiya no tuvo mucho cuidado en ella, porque era pequeña y no tenía lo suficiente para ser una maiko. Al pasar del tiempo, ella fue creciendo y también su cuerpo, ya a los 17 contaba con una hermosa figura... Cosa que llamó la atención de la dueña de aquella Okiya, conociendo su situación le ofreció un trato, convertirla en Maiko y luego en Geisha y la mayoría de lo que hiciera se lo quedaría ella y se lo podría enviar a su madre. Kajiko aceptó, incluso llegó a tener un Danna, uno no muy famoso pero si que cubría sus gastos y el de su familia, con la mascara de que estaba casada con un joven de sueldo promedio mantuvo a su madre y a su padre tranquilos, al morir el padre de Kajiko, ella abandonó a su Danna y vendió los kimonos mas finos que tenia para volver con su madre y poder vivir tranquilamente. Al llegar a su casa su madre la recibió con desprecio y odio, de alguna forma se había enterado de la farsa de su hija y expresó toda su repulsión hacia ella.

Kajiko resignada volvió a la Okiya de Nagoya, con un cambio... había otra dueña, una mas joven, quizás se pudieran entender entre si, o quizás no...