De picnic en el parque

AKari llegó junto con su oneesan que le había prometido que comerían juntas, pues hacía tiempo que no lo hacían. Con cuidado colocó el mantel sobre la hierba y se descalzó. Adoraba sentir la hierba en los pies. Vamos Oneesan, ayúdame a coloarlco todo - Le dijo a su hermana. Por un día pareía de nuevo una niña y la astucia o la preoupación no deformaban sus rasgos infantiles.

-ya voy, ya voy.

Shizuma se apartó el pelo de la cara y dejó la cesta de mimbre con la comida a un lado para ayudar a su hermana a preparar el mantel. Con la delicadeza que siempre solía mostrar se sentó en él y miró a su hermana.

-¿Te has dado cuenta que siempre te sales con la tuya?

Por supuesto - se giró sonriendo - Y planeo que eso continúe así. - Se sentó detrás de su hermana y comenzó a hacerle trenzas en el pelo - Ya verás que mona, oneesan.

-estoy pensando que no debería mimarte tanto -comentó la geisha mirandola de reojo mientras le dejaba hacer lo que quisiera con el pelo-. Vas a terminar siendo una niña caprichosa

Akari seguía trenzandole el pelo añadiendole algunas cuentas de cristal, dejándole un cabello precioso - Tarde - sonrió poniendo su rostro enfrente del de su hermana - Ya lo soy, caprichosa y consentida. - rió - Pero n te quejes, yo solo te imito.

Le dio un toquecito cariñoso en la nariz, con una sonrisa pícara.

-Yo no soy ni una caprichosa ni una consentida, todo lo que quiero me lo gano a esfuerzo.

Terminó la última trenza y se acostó en la hierba, poniendo la cabeza en el regazo de su hermana - Quizás...pero prometo esforzarme, no te preocupes - la tranquilizó - Cuentame algo interesante, Shizuma, últimamente todo es tan aburrido...

Distraída empezó a acariciar la cabeza de su hermana mientras pensaba

-Pues... esta semana ha sido muy intensa. Ultimamente hay muchos lientes y apenas tengo tiempo para mi misma. Y cuando lo tengo... -su voz se acalló, dejándola pensativa por unos momentos-. Cuando los tengo suele ocurrir algo.

Abrió los ojos que había cerrado y miróa su hermana interesada - ¿Algo como qué? - Preuntó curiosa.

-Eh... cosas -dijo rápidamente, con un poco de titubeo- que ... requieren la atención de las geisha s del okiya. Nuevos clientes, ayudar a las maikos... cosas así, Akari-chan

Vya aburrimiento - Suspiró - ¿Es que no haces nada para divertirte? - Preguntó, volviendo a cerrar los ojos - Por aquí hay mucha gente interesante, deberías salir más y hacer más cosas malas.

-Las geishas no hacemos cosas malas -dijo alzando el menton con orgullo-. Somos envidiadas y deseadas por la mayoría de las personas.

Suspiró.

-Además... no es aburrido.

Para nada aburrido -pensó haciendo memoria sobre la semana pasada

Las geishas no hacemos cosas malas, somos perfectas y envidiadas - repitió con retintín - Pues a mí me encanta hacer csas malas, sin lastimar a nadie, por supuesto - dijo más calmada - Sigo pensando que debe ser aburrido, todo el día tratando de agradar y hablar de perfecta manera y con perfetos modales...

-Cuando encuentres alguien que te alegre el día verás como todo eso cambia y quieres ser más geisha y menos niña pequeña -le revolvio el pelo con cariño

Si tú lo dices - respondió insegura y se levantó para mirarla a los ojos repentinamente seria, como si se hubiese acordado de algo importante - Ah, Shizuma, hay algo que tengo que darte - Exclamó y sacó una cajita de su kimono. La abrió y dejó ver los pendientes de Shizuma que William le había dado. - Deberías cuidar mejor tus cosas, oneesan - Añadió pícaramente y se volvió a recostar, on la caja cerrada en la mano. - Estoy pensando si debería devolvertelos...al fin y al cabo, pierdes las cosas muy rápido - rió y dejo la caja en el ´suelo - Anda, cogelos, pero ten cuidado con lo que haces y con la gente con la que te involucras - Dijo pensando si eso era para su hermana o para sí misma.

-¿Qué haces tú con esos pendientes? -preguntó la chica extrañada cogiendoselos- Si los tenía...

William - Terminó la frase - Si, es un chico muy simpático ¿no crees? - Dijo riendo.

-has tenido tratos con ese chico? -preguntó evitando su pregunta- No sé si son b uenas compañías para tí, Akari.

La pregunta es si son buenas para tí Shizuma... - sonrió - Tranquila, sabes que sé cuidarme. Puedo parecer inocente pero no soy ingenua, no confío en él.

-Yo ya soy geisha, la mitad de mis cilentes son peores que ese chico, Akari-chan, mucho peores -dijo mirandola seriamente- Pero tu tienes que tener más cuidadito, ¿entiendes?

Entiendo, siempre entiendo... - contestó apaciblemente - pero nunca obedezco - rió y le sacó al lengua a su hermana - Venga, no te preoupes oneesan, puedo hacerle más daño del que el me puede hacer a mi.

-sabes que no es cierto -le cogio la smuñecas y le dio un beso en la mejilla-. Eres una reboltosa, deberías hacer caso a tu oneesan.

Caprichosa, consentida, revoltosa...-rió-¿Con cuantos halagos vas a obsequiarme hoy oneesan? - Su cara se puso un pcoo más seria - Tranquila, tendré cuidado, además no espero volver a encontrarme con él.

-Parece i nofensivo, pero es bastatne... pasional -comentó la geisha soltando asu hermana y volviendose a sentar-. Aunque parece simpático

¿Pasional? Vaya... - Se quedó pensando en qué habría ocurrido entre esos dos - Si, es...divertido.