Rezando .

El templo siempre era un lugar muy silencioso. Shizuma avanzaba un par de pasos delante de su hermana, con la mirada fija en el edificio y una expresión ausente.

Siempre que pisaba algún templo no podía evitar recordar a su madre, de la cual tenia apenas recuerdos propios. Por Akari se había enterado de uqe había muerto y, aunque no había tratado mucho con ella realmente, le dolía en algun punto de su pecho cada vez que lo recordaba

Seguía a su hermana intentando no hacer ruido. Sabía que a Shizuma aún le dolía la muerte de su madre, a ella misma aún le entraban ganas de llorar. Aunque su madre nunca la había soportado, ella también la quería y al contrario que a su padre, no le guardaba rencor.Seguramente, si su padre no hubiese dado a Shizuma, su madre la habría querido. - Suspiró, realmente pensaba demasiado.

Shizuma se paró al ver un par de chicos pasar de largo que se las quedaron mirando. Cond elicadeza hizo un gesto de tocarse los parpados, que en realidad solo era un intento de frenar las lagrimas.

-En un sitio muy tranquilo, ¿verdad?

Se quedó mirando un momento a una figura que había en el templo, una figura que reconicó.

-Mira, Sayuri-sama está allí -susurró a su hermana agitando el abanico

Si, ya la veo - susurró - ¿Deberíamos acercarnos a saludarla? - Preguntó insegura, aún no se habituaba a las normas de las geishas

-claro.. además sayuri-sama es muy simpática- ella sonrió dando un leve empujón a su hermana para que se adelantara- Tiene un trato muy agadable con todas.

Akari sonrió, más segura -Bien Sayuri-sama, ¿y usted?

Shizuma hizo una inclinación ceremoniosa y le sonrió.

-Sayuri-san, que casualidad encontrarte aquí -dijo con su natural tono dulce-. Nosotras dos solo venimos a dar una vuelta.

Shizuma se le quedó mirando de forma curiosa, le encanaba saber más sobre la vida de Sayuri.

-Tus padres... -miró al templo- Nuestra madre está muerta. Y en cuanto a nuestro padre es como si lo estuviera.

Oh, no, ese cabrón...- Se calló dándose cuenta d su vocabulario - perdonéme Sayuri-sama...- "pero le rompería con gusto unos cuántos huesos a ese imbécil" - pensó

-Yo ni siquiera recuerdo a ninguno d elos dos -comentó Shizuma apartandose un poco de su hermana y encaminandose al templod espues de hacer otra pequeña reverencia.

Discúlpeme Sayuri-sama - Se inclinó y fué tras su hermana - Shizuma, ¿estás bien?

Miró de reojo atrás, a Sayuri, y despues a su hermana. Negó, sonriendo.

-Claro, solo... me gustaría rezarle a mamá, ¿que te parece? -dijo con una voz fingidamente animada

Siguió los ojos de shizuma y sonrió - Rezarle a mamá...está bien, te dejo..- " Rezarle a mamá, y yo me chupo el dedo" pensó irónica pero se aparto y paseó x el templo.

Se qeudo mirando a Sayuri durante un momento y bajó la mirada para ver el templo.

-Sayuri-san -dijo en voz alta-. Has venido para lo mismo ¿cierto? Podemos rezar juntas.

Cerró los ojos respirando hondo y empezandlo con los rezos mentalmente

Despues de estar un rato en silencio rezando abrió un ojo y miró a hurtadillas a su compañera

-¿Hace mucho que los perdistes, Sayuri-san? -preguntó en un susurro

¿TE fuiste de casa con cinco años, Sayuri-san? -preguntó divertida- Veo que siempre has si do una rebelde

-Oh, lo siento Sayuri-san -se disculpo inmediatamente por su torpeza. Con atrevimiento le cogio una de la sma nos, mirandola a los ojos- Mi padre también me dio al okiya, cuando tenía cinco años.